Cada día una innovación nos da la bienvenida al futuro que ya es presente. La tecnología 5G es la última revolución que transforma la gestión de las organizaciones y empresas, pero hace ya un tiempo que los directivos y líderes de empresas han tenido que asumir una gestión condicionada por el ritmo acelerado de la tecnología.

Se trata de una revolución tecnológica que trastorna también la geoestrategia y geopolítica y habrá que preguntarse cómo lo abordan los líderes de empresas y organizaciones que deben gestionar en disruptivo, pero sin perder el horizonte; acelerando, pero con el freno de mano.

En el Club CEOS se ha celebrado recientemente un interesante encuentro de líderes para abordar estos nuevos escenarios, y todos ellos, desde liderazgos en sectores muy diversos, han puesto sobre la mesa opiniones interesantes y útiles, apreciaciones de profesionales brillantes que observan lo que ocurre a su alrededor para tomar luego las mejores decisiones en la era de la disrupción.

En ese encuentro se ha dicho, por ejemplo, que los mercados ya funcionan de tres en tres meses; que, aunque las estructuras globales perviven desde la segunda guerra mundial, el mundo ha cambiado por completo y que ahora la economía mundial está regida por China. Y eso está relacionado con que China sea la primera potencia tecnológica y en eso tiene que ver su liderazgo en 5G que va a trastocar el internet de las cosas, la inteligencia artificial, el Big Data…

Más velocidad, al fin y al cabo. Más velocidad en la fabricación, en la distribución, en la atención al cliente, en las estrategias, en la gestión… Y en ese escenario, hay que ser disruptivo. Es un valor. Una gran oportunidad. Una cualidad que nos permite atajar problemas antes de que sean importantes y ser extremadamente creativos para potenciar los negocios y los resultados.

Que la geoestrategia y la geopolítica cambien, afecta a los negocios. Importa que China e India sean el 40% de la población mundial y Europa el 10%, que Europa pase del 17% del PIB mundial al 7.8% en 2030; que la vecina África duplique su población en apenas unos años; que las inversiones chinas sean el 70% del total mundial e importa que, si buscamos al líder, miramos a ese país y no a EEUU.

Interesante escuchar que los CEOs del futuro deberían plantearse el análisis PESTE (Político, Económico, Social, Tecnológico y ambiental) a la inversa… Es decir, considerar ETSEP, primero el medio ambiente, luego lo tecnológico, luego lo social, luego lo económico y por último lo político.

Los líderes deben tomar sus decisiones en un mundo acelerado. Un escenario que trae nuevos roles, nuevos procesos, nuevos perfiles de trabajo, nuevas relaciones laborales, nueva legalidad, nuevos valores determinantes como diversidad y conciliación y una complicada gestión de la reputación corporativa tan expuesta al escaparate de las redes sociales.  La gestión de la imagen y la reputación También incluirá estar atentos a todos los cambios que se puedan presentar para responder con la velocidad adecuada y minimizar efectos negativos.